Las verdes praderas de posidonias subacuáticas que existen cerca de los litorales, y están seriamente dañadas por vertidos contaminantes, la pesca de arrastre y las instalaciones de barcos de recreo, son capaces de capturar y almacenar el doble de carbono que los frondosos bosques tropicales. Un estudio realizado sobre mil praderas submarinas en todo el mundo han revelado que bajo el mar también existen 'sumideros' que ayudan a combatir el cambio climático.
El trabajo ha sido desarrollado por un equipo de científicos de varios países, entre ellos expertos españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ha sido publicado en la revista Nature Geoscience.
"Es muy importante porque esas praderas adquieren ahora, además del valor ecológico, otro valor económico, en forma de créditos de carbono. España ahora tiene que comprar estos créditos porque sus emisiones contaminantes son mayores que lo que debiera. Conservando estas praderas, podría evitar ese gasto", asegura Miguel Angel Mateo, uno de los autores, del Centro de Estudios Avanzados (CSIC).
El trabajo revela que todas las praderas acumulan entre 4.200 y 8.400 millones de toneladas de carbono a sólo un metro de profundidad bajo estas parderas, con un pico de hasta 20.000 millones de toneladas. Esos 8.400 millones de CO2 es lo que emitimos todos los seres humanos a lo largo de un año, según el científico.
Estas cifras significan que las plantas que rodean los litorales pueden llegar a enterrar hasta 830 toneladas de carbono por hectárea, mientras que los bosques tropicales, los llamados 'pulmones' del planeta, tienen una capacidad de almacenaje de unas 300 toneladas por hectárea. Mateo apunta que estas plantas acuáticas incluso podrían 'secuestrar' más carbono, puesto que sólo han profundizado un metro.
Según el investigador del CSIC Carlos Duarte: “La gran capacidad de las praderas como sumideros se debe a que este ecosistema fija más carbono que el que consume o respira, a que parte de la producción neta del ecosistema se entierra y a que atrapan y entierran partículas de la columna de agua. A diferencia de los suelos de los bosques, el sedimento en las praderas submarinas se acumula verticalmente mientras el nivel del mar sube y, por tanto, pueden aumentar su volumen a lo largo de siglos y milenios. La ausencia de fuegos en el mar contribuye también a que estos sumideros de carbono persistan”, puntualiza Duarte.
Por ello, los científicos alertan de la delicada situación por la que atraviesan estas praderas en todo el globo. Algunos estudios calculan que más de una cuarta parte de su extensión ya se ha destruido (otros aumentan ese porcentaje al 50%) debido a la pesca de arrastre y a la construcción descontrolada en las costas.
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