Hace unos días comentaba que se había aprobado el tercer proyecto LIFE para la recuperación del lince ibérico, en peligro crítico de extinción.
Los políticos correspondientes han aprovechado la situación para salir a la palestra y quedar bien hablando de todo lo que quieren hacer. Un reto es conseguir que la especie pase de estar en peligro crítico de extinción a estar solo en peligro crítico. Otro objetivo es pasar de los 270 ejemplares en 2010 a 450 en 2016. Esto sería mucho más fácil de conseguir si se prohibiera el control de depredadores en las comunidades autónomas, ya que no solo de atropellos y enfermedades mueren los linces.
El control de depredadores implica el uso de lazos y trampas para zorros y otros depredadores que pueden suponer un problema para la explotación cinegética, pero que no hacen distinciones a la hora de acabar con la vida de un zorro o la de un lince, tal y como señales desde Ecologistas en Acción.
El uso de trampas puede estar evitando que los linces se expandan más allá de las fronteras andaluzas y que no sean capaces de recolonizar territorios óptimos para ellos en Extremadura y Castilla-La Mancha.
Ay, esto me da mucha penita, de verdad...
ResponderEliminarQuiero un lince y cuidarlo y que tenga muchos bebés y repoblar Doñana con ellos :_(