domingo, 12 de febrero de 2012

De delfines


Los últimos cien delfines de Maui, los más pequeños de esta especie marina, están a punto de morir por la actividad pesquera en la Isla Norte de Nueva Zelanda, su único hábitat natural en la Tierra. El Cephalorhynchus hectori maui considerado por la UICN en peligro crítico de extinción y se calcula que podrían desaparecer en unas pocas décadas si no de adoptan medidas urgentes.






El delfín de Maui, llamado por los maoríes "Tutumairekurai" ("morador del mar"), está considerado raro por los expertos a causa de su escaso número y por ser los más pequeños dentro de la familia de los delfines marinos. Estos cetáceos llegan a medir 1,4 metros de longitud, tienen una aleta redondeada, su hocico es corto y presenta marcas parecidas a la de los osos pandas. Viven en comunidades y los adultos pasan la mayor del tiempo alimentándose de peces y calamares, que localizan emitiendo sonidos de alta frecuencia que rebotan en los objetos y animales circundantes. Los más jóvenes juegan con las algas, hacen burbujas en el mar, piruetas en el aire o simplemente se persiguen o pelean con otros compañeros, creando un espectáculo para los turistas de la zona. Su esperanza de vida es de veinte años y alcanzan la madurez sexual a partir de los siete. Las hembras dan a luz cada dos o cuatro años, un factor que dificulta su repoblación para evitar la extinción.


El nombre de este animal proviene de una leyenda sobre el dios maorí Maui, quien pescó un poderoso pescado desde la Isla Sur, que era su canoa. Al morir el pez se convirtió en tierra y nació la actual isla Norte de Nueva Zelanda, donde el extremo sur representa la cabeza y la ciudad de Wellington, la capital neozelandesa, la boca. Los maoríes creen que al morir los espíritus de los humanos se transforman en "Tutumairekurai". Si alguien ha leído Nación le sonará esa creencia de reencarnarse en delfines.




El delfín de Maui es una subespecie del delfín de Héctor, que habita cerca de la Isla Sur neozelandesa y de la cual se cree que ha estado aislada miles de años hasta diferenciarse en la actualidad en sus rasgos físicos y genéticos. El hábitat de esta subespecie se encuentra cerca de la costa oriental de la Isla Norte neozelandesa, donde se pueden ver ejemplares en la desembocadura de los ríos, en estuarios, y así como en bahías con una profundidad de 20 metros y a una distancia de diez kilómetros del litoral.


Aunque su depredador natural es el tiburón, el mayor enemigo del delfín de Maui es el ser humano, que casi ha acabado con su población por la pesca, la minería, el desarrollo costero, la contaminación y el cambio climático, entre otros factores. Por ejempo, los productos químicos y los metales pesados vertidos al mar son potencialmente peligrosos para la reproducción y las sustancias que vierten los buques petroleros causan cáncer en estos mamíferos marinos. Sin embargo, la principal causa de muerte son las redes de los pescadores en la que se quedan atrapados sin poder emerger a la superficie para respirar. Por otro lado, las crías, que tiene el tamaño de un gato, mueren por las heridas que les causan las hélices de los barcos.


Fuente: EfeVerde

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